El fonógrafo ya existía desde antes de 1900, lo cual contribuyó notablemente en la evolución del tango aunque los primeros éxitos discográficos se produjeron recién en 1913.
1903 aprox. "El choclo" de Angel Villoldo,
1905 "Don Juan" de Ernesto Ponzio
"La Morocha" de Enrique Saborido (fue el mayor éxito de la época y llegó a vender 100.000 discos cuando lo que vendía un tango para piano era 20 ó 30.000).
Con la aparición del micrófono se modificó la composición de las orquestas que ya no tuvieron que agregar instrumentos para lograr más volúmen en los grandes bailes, como en carnaval.
Aparecen los concursos musicales, en especial los que organizó la discográfica Odeón entre 1924 y 1930, que eran transmitidos íntegramente por radio y, los ganadores, además de grabar sus discos eran los más solicitados para tocar en los cines como acompañamiento de las películas mudas.
Con las películas mudas, hasta el cine más modesto contrataba al menos a un pianista. Cuando podían contratar sextetos típicos, tríos o cuartetos, mucha gente iba a los cines para escuchar a sus músicos favoritos.
Con la llegada del cine sonoro se redujo la posibilidad de trabajo para las orquestas y los sextetos de tango.
La primer película sonora que se estrenó fue “La divina dama” en 1929.