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EL CINE

Durante la guerra comenzó a aparecer el tango en filmes argentinos.
En 1915 se estrenó “Nobleza gaucha” filmado en parte, en el cabaret de Buenos Aires Armenonville.
En 1916 “Flor de durazno”, la película muda en la que Carlos Gardel aparecía vestido de marinero.
En 1917 “El tango de la muerte”, la primera película dedicada por completo al tango llamada.
1921, después de la guerra, Rodolfo valentino actuó en una adaptación de la novela de Blasco Ibáñez, “Los cuatro jinetes del Apocalipsis” con Rodolfo Valentino, donde aparecía como un gaucho con poncho azteca y sombrero andaluz bailando el primer tango made in hollywood. Luego en 1922 actuó en “Sangre y arena”.
El estilo de Valentino era considerado exagerado por los adeptos al tango y nunca terminaron de aceptarlo.
En 1933 la película ¡Tango! , de Luis. J. Moglia Barth se exhibió y se hizo famosa porque José Ovidio Bianquet El Cachafaz baila allí “El entrerriano” además de importantísimas cantantes y orquestas.
1932 “Los tres berretines"
1933 "Dancing"
1934 “Idolos de la radio”
"El conformista" (Bertolucci) historia de 1930 donde bailan juntos los del mismo sexo.
1977 “Valentino” del director británico Ken Russell.

En la actualidad es común que encontremos escenas con Tango en una película .

EL APORTE TECNOLÓGICO

El fonógrafo ya existía desde antes de 1900, lo cual contribuyó notablemente en la evolución del tango aunque los primeros éxitos discográficos se produjeron recién en 1913.

1903 aprox. "El choclo" de Angel Villoldo,
1905 "Don Juan" de Ernesto Ponzio
"La Morocha" de Enrique Saborido (fue el mayor éxito de la época y llegó a vender 100.000 discos cuando lo que vendía un tango para piano era 20 ó 30.000).

Con la aparición del micrófono se modificó la composición de las orquestas que ya no tuvieron que agregar instrumentos para lograr más volúmen en los grandes bailes, como en carnaval.

Aparecen los concursos musicales, en especial los que organizó la discográfica Odeón entre 1924 y 1930, que eran transmitidos íntegramente por radio y, los ganadores, además de grabar sus discos eran los más solicitados para tocar en los cines como acompañamiento de las películas mudas.

Con las películas mudas, hasta el cine más modesto contrataba al menos a un pianista. Cuando podían contratar sextetos típicos, tríos o cuartetos, mucha gente iba a los cines para escuchar a sus músicos favoritos.

Con la llegada del cine sonoro se redujo la posibilidad de trabajo para las orquestas y los sextetos de tango.

La primer película sonora que se estrenó fue “La divina dama” en 1929.

TRADICIONALISTAS Y EVOLUCIONISTAS

En la búsqueda por conquistar al público y seguir avanzando socilamente, surgen 2 géneros con estructura y estilos propios. La escuela tradicional y la evolucionista.

En la tradicional daban mayor importancia al ritmo, y hacían un tango mucho más bailable. Entre sus miembros estaban Roberto Firpo, Francisco Canaro, Francisco Lomuto, Anselmo Aieta, Edgardo Donato Roberto Zerrillo y Juan de Dios Filiberto.


Los evolucionistas se proponían perfeccionar el tango mediante el estudio de la melodía, la armonía y técnicas interpretativas buscando crear un tango más refinado y más complejo, sus miembros eran Julio de Caro, Osvaldo Fresedo, Jan Carlos Cobián, Pedro Mafia y Cayetano Puglisi.
Además los evolucionistas eran partidarios del clásico sexteto de tango, en tanto que las tracicionales agregaban 3 o 4 bandoneones y 3 o 4 violines, además de otros instrumentos como clarinete, tambor, trompeta y el cornet-a-piston.

DECADENCIA Y TRANSFORMACIÓN

1912 señaló el comienzo del final de los años de apogeo liberal.

1930 señala el final de la era liberal como sistema de vida de nuestra sociedad.


No vienen capitales ni inmigrantes. La inmigración queda prohibida en 1932.


No se colocan productos primarios en el mercado europeo como en otras épocas.

El estancado ferrocarril inglés compite con el vehículo yanqui.
Los cupos de producción se regulan antes o se eliminan después para evitar la caída de los precios por superproducción.
Los sueldos de los campesinos caen y se produce una emigración hacia Bs. As. (entre 1939 y 1940).
Uriburu con su moralismo persigue a todas las formas de vida sospechosas y todo tipo de prostitución es castigado.
La aristocracia denuncia pactos con la plebe y se adquiere otra vez el exclusivismo hermético.


La plebe se avergüenza de si misma por no tener peso histórico, es despojada de sus pasajeros atributos de prestigio por su participación en el poder y termina el tiempo de expansión de la cultura vulgar y también el de su acceso a la universidad.

Este argentino humillado evita todo contacto con lo nacional, emblema de compromiso histórico que no soporta.
Con el cine sonoro las orquestas de tango son desalojadas de las salas entrando en cambio un enorme volumen de melodías norteamericanas que el pequeño burgués consume con tal de olvidarse del país vergonzoso que lo rodea. Acepta sin cuestionar, escucha sin criticar.
El tango deja de bailarse y es evitada toda actitud de aproximación vivencial con él.


Así como el ascenso y la plenitud coinciden con el auge del tango, la depresión y la inmovilidad históricas implican el repudio hacia el tango.

La plebe bailó tango cuando se sintió con derecho a ocupar un sitio en el orden de la sociedad o como festejo apoteótico por haberlo adquirido. Lo bailó también cuando actuó como clase y en la pista se muestraban todos haciendo lo mismo.
Esta doble bailabilidad del tango condiciona todo lo demás: la existencia de un tango para el momento histórico que se da, la creación de escuelas, la estetización, la restauración crítica o la renovación.
El impasse, la rutina, la arqueología, la reiteración estéril son caracteres de períodos depresivos, como la inicial mishadura posterior al 30.

La excepción son las letras de Discépolo y solo lo baila algún sector marginal.
Cultura de masa por definición, el tango muere naturalmente por falta de público.

Las grandes orquestas se alejan del ritmo milonguero original en que nació el estilo, transformándose en melódica internacional con, por ej. De Caro.
Canaro abandona la música bailable casi por completo, transformándose en un músico de teatro. Fresedo sobrelleva su tradición con el tono de solemnidad típico de las exequias, Bazán, Firpo, Poncio y Maglio cultivan la arqueología.

La crisis de la balanza comercial obliga a iniciar la producción local de productos industrializados, con lo cual la industria comienza su desarrollo.

Burgueses y proletarios tienen entonces un interés común, que los mercados internos se expandan para poder vender aquí sus productos.
Las alianzas se estructuran de un modo nuevo: la burguesía con el proletariado y la aristocracia con algunos sectores de las clases medias.
La masa visible del orillero es obrera, “cabecita negra” y las clases medias quedan al margen del proceso ocupando los roles que habían conquistado en la época liberal, en el campo de la cultura y en las profesiones liberales, o sea que fueron formadores de ideología liberal.
Mientras tanto el fenómeno toma fuerza.


El tango como música sobrevivió como pudo y a partir de 1935 comienza un nuevo período de auge del baile.
La alianza de burgueses y proletarios (cabecitas negras) tienen en común la necesidad de asumir corporalmente un baile emblemático. La burguesía porque le faltaba tradición y la plebe por falta de formación. La clase media culta de los músicos de siempre es la que retoma el interés.
A ésta altura ya se había experimentado todo y queda un solo recurso estético, la evocación. Formas, ambientes, personajes del origen son evocados.


En la década de 1930 Argentina, como casi todo el mundo, aunque menos que Estados unidos y Gran Bretaña sufrió las consecuencias de la Depresión. Un gran número de trabajadores emigran del interior hacia Buenos Aires, serán los "cabecitas negras" que apoyarán a Perón.

La crisis por la depresión por un lado y la corrupción e ineficiencia de la administración de H. Irigoyen (1919.1922 y 1928-1930) precipitaron el golpe militar del 6 de noviembre de 1930 en que asume José F. Uriburu quién luego llama a elecciones y en 1932 asume Agustín P. Justo quien se mantuvo en el poder hasta 1943 en que se produce otro golpe militar.

No obstante todos los problemas que se vivían en la década de 1930, hubo en Buenos Aires una gran evolución, se inauguraron las diagonales Norte y Sur con bailes en las calles, en 1936 también de la misma forma se conmemoraron los 400 años de la fundación de Bs. As., se inauguró el obelisco, de 72 mts., y en 1937 también la ancha y espléndida Av. 9 de Julio; todo lo cual también era reflejado por letras de tango. El protagonista de “Anclao en París” de E. Cadícamo, exclama: “y un juego de calles se da en diagonal”.

La década de 1930 fue una transición hacia el 2do. gran período de la edad de oro.
El sexteto típico va desapareciendo en tanto que los directores de orquesta de ambas escuelas, tanto evolucionista como tradicional, agrandaban sus conjuntos. Hacia 1932 Fresedo incorporó instrumentos de sinfónica como vibráfono, viola, violonchelo, algunos instrumentos de percusión y arpa, en 1936, de Caro incorporó instrumentos de viento y F. Canaro (tradicionalista) incorporó trompeta y cornet-à-pistón. Se hacían arreglos a los tangos para ser interpretados por conjuntos más grandes.
D’arienzo, de 1934 en adelante, representante de la escuela tradicionalista, y que a diferencia de la mayoría de los artistas de tango procedía de la clase alta, con su orquesta consiguieron que quienes escuchaban tango volvieran nuevamente a bailarlo. Lograron un verdadero punto de inflexión al llevar el tango de los cafés y los cines a los pies de los bailarines.

Otra figura clave fue Angel D’agostino, amigo, vecino y colega de D’arienzo y uno de los principales pianistas del género, quién se proponía hacer un tango que se pudiera bailar aunque le daba también importancia al cantante. Ángel Vargas, comenzó a cantar con él en 1932 y como también respetaba el ritmo fue una sociedad ideal para bailarines de tango.

Carlos Di Sarli, si bien recibió influencias de Fresedo, sacó un sonido completamente diferente de su soberbia orquesta, subrayando la melodía sin sacrificar el ritmo.
En 1937, aparece A. Troilo, quién fue el mejor bandoneonísta que tuvo el tango y quién, después de haber tocado en varias orquestas, forma su propio conjunto. Fue muy criticado al tocar con variaciones “La cumparsita” aunque luego fue ovacionado y al año siguiente incorpora A. Piazzola quién estará a cargo de los arreglos musicales y seguirían juntos durante 16 años.

En la década de 1930, el tango formaba parte de la cotidianeidad gracias al espíritu nacionalista que se manifestaba en lo político. Las películas argentinas así como los filmes que hizo Gardel en Francia y Estados Unidos ayudaron a difundir el tango por América latina y España.

El renacimiento del tango como danza demandó cambios en la orquestación, era necesario enriquecer la interpretación con armonía y contrapunto. En 1940, las orquestas, tanto en la escuela evolucionista como en la tradicional, habían incorporado un arreglador.

Los bailarines, en la década de 1930, competían para ver quién era el mejor.
En la década de 1940, 3ra. y última década de la edad de oro, el tango estaba en la cima de la popularidad, estaba presente en salones, dancing, cabarets, clubes sociales y deportivos, y clubes de fútbol y había cientos de orquestas de tango, cada una con su propio estilo.

Se bailaba en los clubes de barrio, si era posible se contrataba a un conjunto y sino, se utilizaban discos; en los grandes estadios se bailaba incluso debajo de las tribunas y en ocasiones especiales, con música de una gran orquesta. A veces se reunía tanta gente que los bailarines apenas tenían lugar para bailar.
Los cafés de la Av. Corrientes atraían a las mejores orquestas y cantantes de tango. Había tres sesiones: matinée, vermouth y noche. Los hombres iban a diario a tomar algo y a escuchar tangos; la clase trabajadora iba temprano, la clase alta por la noche.

En la década de 1940 asume Perón como presidente (1946 - 1955) y su influencia fue difusa. Discépolo lo apoyó abiertamente, H. Manzi fue expulsado del partido radical por manifestar su entusiasmo, en tanto que Libertad Lamarque luego de su enfrentamiento con Evita continuó su carrera en México. En general los músicos, tal como era tradicional en el negocio del espectáculo evitaban situaciones incómodas y Perón mismo, conciente de la popularidad del tango se fotografiaba junto a los artistas.
En 1949 levantó la censura que desde 1943 sufrían las letras.

LAS LETRAS

Los primeros tangos fueron improvisaciones que, en general, no se ponían por escrito; hacían referencia a los próstibulos y su léxico era obsceno.
Al principio las letras eran alegres y bastante simples y recién en 1910 con P. Contursi las letras de tango adquirieron una forma definitiva.
Los temas referían a arquetipos como el compadrito con su entorno de mala vida, nostalgias por la casa de la infancia, la madre idolatrada, el amor desgraciado, pobreza, melancolía, fatalismo. Es una poesía urbana y refleja la problemática urbana, incluyendo expresiones del lunfardo, en especial a partir de 1920.


En la década de 1930, después de la gran depresión de 1930, surgen temas de tono crítico en cuanto a la problemática social como “Pan” de Celedonio Esteban Flores, escrita en 1932, que trata sobre la queja de un hombre porque su familia no tiene que comer; “Al mundo le falta un tornillo” de Enrique Cadícamo. Si bien muchas de las letras de Tango hoy son anacrónicas, Discépolo con su tango descreído, que habla de desilusión, mantiene su vigencia. Cambalache es considerado por los tangueros casi su himno nacional.

Dijo Discépolo: “El tango es un sentimiento triste que se baila”.

CENSURA:
En 1929, el ministerio de Marina (el más conservador de todos) prohíbe 3 tangos de protesta: Cambalache, Chorra y Quevachache.
En 1943 por imposición del gobierno militar desaparece el lunfardo de las letras de tango y ésta censura duró hasta 1949.

EL CANTOR

Con Gardel se inicia un nuevo estilo. El canta tango con acompañamiento de guitarra.

A quienes cantaban con acompañamiento de orquesta se los llamaba estribillistas o chansoniers y desempeñaban un papel muy secundario.

Recién en 1940 se incorpora el cantante a la orquesta. El puente entre estribillista y cantante fue Francisco Fiorentino(1905-1955) quien se sumó a la orquesta de Aníbal Troilo entre 1937 y 1944.

En la década de 1940 el cantante era la clave del éxito de una orquesta, tanto que la gente solía detener el baile para escuchar cantar.

Otras uniones notables fueron Roberto Chanel con O. Pugliese, Alberto Marino con A. Troilo, Floreal Ruiz con A. Troilo, Alberto Castillo con Ricardo Tanturi. Roberto Rufino con Carlos Di Sarli en 1938 y en 1947 a la orquesta Francini-Pontier.
R. Goyeneche (1926-1994) de la generación que sigue a la de Rufino grabó más de 100 discos.

Las mayoría de las letras de tango fueron compuestas por hombres, para ser cantadas por hombres y la mujer que las interpretaba, cantaba tal cual habían sido escritas, puesto que si cambiaba el género, se alteraba la rima, y por ésta razón la mujer muchas veces cantaba vestida de hombre.

Azucena Maizani fue la principal cancionista de la década de 1930 y, si bien la mayoría de los músicos eran varones hubo también mujeres. La bandoneonísta Paquita Bernardo era, según dijo Gardel, la única mujer que ha dominado el taura del bandoneón, y en 1921 presentó su sexteto en el palco del bar Domínguez.

LA EDAD DE ORO ...Y DESPUÉS

1920-1930 El tango vuelve a casa.

En 1920 el tango había evolucionado hasta llegar a ser aceptado en casi todos los niveles de la sociedad argentina. La que había sido danza de compadritos se convirtió en el elegante tango de salón.

Entonces el país disfrutaba de una prosperidad sin precedentes y seguía recibiendo millones de inmigrantes principalmente de Italia, España y Francia.

Los lugares dedicados al tango se multiplicaban tanto en el centro como en los barrios y la gente se amontonaba en bares, cafés, cines y teatros para escuchar a sus orquestas preferidas. Para bailar iban a los dancings o salones de bailes más elegantes y también iban a los cabarets.

A diferencia de París, donde la sociedad estaba netamente dividida y se bailaba entre personas de una misma clase social, en Buenos Aires desaparecían las diferencias sociales en las pistas de baile. Los hombres de la alta sociedad y los ricos bailaban con mujeres de orígen humilde que, gracias a su talento, se convertían en encantadoras bailarinas de cabarets.

Letras de muchos tangos como “Milonguita” nos hablan de ese tipo de situaciones.
Tania, la compañera de toda la vida de E. S. Discépolo, recuerda esas situaciones donde el caballero cortejaba por varios días a la milonguera hasta la culminación de la aventura y no era raro que uno de ellos ofreciera una estancia por regalo a la mujer del cabaret.

A pesar del ascenso social, el tango no dejó de estar ligado a los cabarets. El hombre que quisiera bailar con las prostitutas más deseables debía ser un buen bailarín, entonces practicaban entre ellos y competían con gran rivalidad. La destreza en el baile se había constituido en sinónimo de masculinidad. La danza era el preludio de la relación sexual que se daba después de más o menos 3 piezas y en los prostíbulos más elegantes contrataban un trío o un cuarteto en tanto que los mas modestos se arreglaban con una pianola.

En 1920 tuvo lugar un gran desarrollo musical tanto en lo estético y como en lo técnico. Por entonces el Pte. Marcelo T. De Alvear apoyaba con gran entusiasmo al tango y había una búsqueda por el avance social del género por parte de los músicos.

EN TIEMPOS DE GUERRA

En 1914 estalla la guerra y el éxodo sudamericano se aceleró durante la invasión alemana a Francia.

Eduardo
Arolas compuso “El Marne” durante la gran batalla defensiva en la cual Marshall Joffre trataba de contraatacar para recuperar el Marne.
Los horrores de la guerra requerían de febriles diversiones. Los jóvenes olvidaban por un momento las trincheras en el cabaret o en el dancing bailando con mujeres que sabían que quizá nunca volverían a verlos.


En 1920 la vida había vuelto a la normalidad y un nuevo furor por la danza arrasó en París.

Los salones de baile eran concurridos tanto de día como de noche y en los años siguientes multitudes de argentinos, más ricos que nunca, volvían a Francia. La Argentina tenía un gran superávit gracias a los millones de latas de carne que consumieron los ejércitos británicos y franceses.

Tanto en Francia como en Inglaterra hubo un renacimiento del tango. En París estaban las orquestas típicas de Canaro, Fresedo y los hermanos Pizarro, amigos de Gardel. Se promulga una ley que obligaba a los músicos extranjeros a vestirse con sus trajes tradicionales para tocar en París, razón por la cual se disfrazaron de gaucho, y vistieron holgadas bombachas. Esto era aprovechado por los dueños de los salones bailables que exigían en sus contratos que los músicos salieran de sus casas vestidos de ese modo como publicidad, para llamar la atención todo lo posible.

LA IGLESIA CONTRA EL TANGO

La Iglesia comienza a atacar al tango cada vez con más fuerza, primero en Francia, tal vez como reacción a la obra de Richepin “Le Tango”, luego en Italia, pero mientras tanto la moda era furor.

Enseguida surge la polémica acerca de la aprobación o no respecto a ésta nueva danza y el New York Times participa con una postura de apoyo. Con la mirada puesta en Europa destaca a los personajes de la nobleza que allí bailaban tango.

La Iglesia en cambio no tarda en censurarlo por encontrarlo inmoral y difunde opiniones contrarias a la nueva danza, tanto interesa el tema que miembros o autoridades pertenecientes a otros credos religiosos apoyaron ésta cruzada. Gente que primeramente había adoptado al tango se reunía para oponerse a esa danza que los jóvenes bailaban con tanto entusiasmo, y estrechandose ten fuerte como podían.
El éxito del tango incomodaba a las comunidades argentinas del extranjero especialmente en París.


Todos los años llegaban a París barcos procedentes de sudamérica llevando a la elite de la sociedad argentina y los visitantes permanecían allí 2 o 3 meses. Tenían allí su propia revista, “Elegancias”, dirigida por Rubén Darío. A a su regreso, además de objetos el estilo, traían también el gusto por lo francés, en especial con relación a la arquitectura y a la decoración para sus casas en Buenos Aires.
Estos argentinos deseosos de ser aceptados como iguales por la sociedad parisiense, también estaban molestos a causa de la reputación que tenía el tango en cuanto a su relación con la delincuencia y la prostitución. No es de extrañar que el tango estuviera prohibido en la embajada argentina en París fundamentando, según expresión del propio ministro plenipotenciario en Francia Enrique Larretaque, que en Buenos Aires solo se bailaba en lugares de mala muerte y nunca en los salones ni por persones distinguidas . Esta posición era compartida por intelectuales sudamericanos radicados en París, muchos de los cuales eran diplomáticos.


Paradójicamente en los salones parisinos y romanos se incentivaba la danza que solo era explicable como capricho de la moda. Por otra parte además de Guiraldes otros poetas argentinos defendían el tango en tanto que Leopoldo Lugones lo llamó “reptil lumpanar”

Causó furor, fue condenado por el clero e irritó a los poderosos, pero le dió a Europa un inigualable placer por el baile.

El tango se afrancesó y volvió a la Argentina mucho más suave que cuando se había ido, y esa forma de tango que volvió de París después
de 1913 se conoció como “Tango a la francesa”.

TAMBIEN LLEGA A OTROS PAÍSES

En Roma el tango fue tan popular como en París.

A principios de 1914 llegó a Nueva York y se multiplicaban los salones de baile y los tés-tango. El 4 de enero de 1914 el New York Times decía “toda Nueva York gira locamente a causa del tango”. La enseñanza de tango constituía un nuevo modo de vida aparecían por allí cantidad de jóvenes de piel oscura que decían provenir del sur del Río de la Plata, para enseñar a bailar la danza argentina.


La moda pasó a Inglaterra donde se desató una gran polémica a través de los diarios y revistas de la época. Finalmente aceptado se convirtió en moda, cuando en 1913 es tapa del una revista ilustrada que dice: “todo el mundo se dedica al tango, aprende tango, habla de tango, procura bailar tango” y al año siguiente el tango consigue el sello de aprobación real, considerando Su Majestad que el tango es una danza “encantadora”.

En Alemania el Kaiser no aceptaba las danzas “modernas” como el vals y la polca así que el tango fue rechazado; solo se permitía bailar el minué y la gavota. Los oficiales tenían prohibido bailarlo con sus uniformes, y como en las fiestas había una gran presencia de oficiales el tango quedó excluido en ese ámbito. Fuera de la corte se puso de moda como en el resto de Europa y eran comunes los te-tango y los espectáculos de tango tuvieron un gran éxito.

En Rusia, el zar Nicolás II fue el 1er. monarca en ver bailar tango. Dos de sus sobrinos habían participado de un incidente en un elegante cabaret donde se bailaba una danza nueva y perturbadora de origen sudamericano que se llamaba tango y ordenó sus sobrinos que hicieran una demostración y le gustó.

En España a Alfonso XIII le encantaba el tango ante el escándalo de los miembros de la corte más conservadores.

EN LA ALTA SOCIEDAD

El orillero y la aristocracia se oponían en origen y costumbreS, pero el orillero constituía una creciente fuerza productiva que pronto comenzaría a reclamar sus derechos. Era lo gringo que se oponía a la aristocracia impoluta.
El tango era producto lumpen, no nacional, híbrido Y gringo, que además llevaba la carga de los lugares malditos en donde había nacido.


El aristócrata tenía un costado oscuro, una doble vida que no se mezclaba. Una vida social y un lado oscuro. En esa parte oculta se relacionaba con el tango.

Por otra parte, la creciente clase orillera, radical es liderada por Irigoyen, y la burguesía no terrateniente buscaba tener participación en el gobierno empezando así la lucha de clases. A modo de solución por permanecer, la oligarquía dominante acuerda, en 1912, la ley de sufragio universal.

Así la cultura orillera se va abriendo paso en la sociedad. Al mismo tiempo que el orillero se va civilizando y el baile fue perdiendo su original coreografía sexográfica en tanto conservó la forma estructural convirtiéndola en un fenómeno estético. Empezó a practicarse en público a codición de que se evitaran los cortes y las quebradas. Se evita la postura de “furca”, y obras como “Ojos negros” son compuestas como réquiem al tango maldito.

Los jóvenes de la oligarquía habían traído la idea del cabaret de París en tanto que dejaban allí el baile porteño.

Aparece así el Cabaret, como la institución típica originada en este período y los prostíbulos, academias y cafés se fueron quedando sin músicos, ya que optaban por actuar en mejores lugares donde la paga era mejor también. Esta se constituye en la versión ceremonial y pública del antiguo burdel.

Así el Tango avanzó hacia el centro y comenzó a ser bailado con entusiasmo por los jóvenes de la oligarquía, no solo en burdeles de categoría sino en opulentos salones como el Armenonville de Palermo inaugurado en 1912, nada menos que por Vicente Greco, y que fue precursor de los lujosos cabarets de los años 20.
De todos modos el Tango seguía siendo resistido por la alta sociedad porteña hasta que sucede algo inesperado.

En 1913/4 el tango llega a las pistas de baile de París y Londres y es bailado por la alta sociedad, la misma alta sociedad que la elite argentina admiraba, respetabay tenía por modelo. Por supuesto que se había ido modificando y, aunque seguía siendo atrevido para esa sociedad, tenía poco de la ferocidad inicial.

Esto provocó un cambio de actitud en Buenos Aires, algunos adeptos que siempre había tenido el tango tomaron la iniciativa y, en 1912, el Barón De Marchi, yerno del Pte. Julio A. Roca, organizó en el Palais de Glace una noche de tango y setiembre de 1913, en el teatro Palace de la calle Corrientes, organizó un festival de tango que duró 3 días.

A partir de entonces el Tango se introdujo en las fastuosas fiestas que se realizaban en las mansiones. Canaro recordaba que la primera vez que tuvo que actuar en uno de esos lugares le hicieron muchas recomendaciones sobre el comportamiento de él y de sus músicos, en cuanto a que no se emborracharan, no miraran en forma insinuante a las jóvenes, etc. y los músicos en sus incómodos fracs se portaron tan bien que fueron recomendados entre las familias acomodadas para su contratación.
A mediados de la década de 1910 los directores de orquesta F. Canaro y R. Firpo hicieron una vital innovación en la formación instrumental, tomando el sexteto de Vicente Greco de 1911, 2 bandoneones, 2 violines, 1 piano y 1 flauta, sustituyen la flauta por el contrabajo logrando en la orquesta ese característico sonido profundo y agudo.

El repertorio creció con mucha rapidez , sin embargo se puede destacar un tema escrito en 1917 por el joven estudiante uruguayo Gerardo Hernán Matos Firpo, como marcha para la federación de estudiantes que integraba y que al descubrir que fácilmente podría convertirse en tango llevó la partitura a Roberto Firpo y con algunos arreglos surge “La Cumparsita”, el tango más famoso de todos los tiempos.

LLEGA A PARÍS

Se bailó en París por 1ra. vez en 1908 en un teatro de revistas y hay testimonios que la 1ra. exhibición fue en 1910 por una artista de cabaret y un profesor.

También en ese año va a París una orquesta típica criolla para grabar un disco en honor de la princesa española Isabel de Borbón que había sido invitada a Bs. As. para los festejos del Centenario.

Sin embargo el tango todavía no había llamado la atención de los sectores intelectuales, sin cuyo entusiasmo no se convertiría en moda.

La sociedad parisiense de antes de la 1ra. guerra estaba claramente compartimentada, tanto así que, para ir al teatro de la ópera, los gratin y los cosmopolites elegían los lunes en tanto que los burgueses y magistrados los viernes.
En éstos ambientes cerrados el tango produce un verdadero cataclismo en una sociedad ávida de novedades, y donde el corset era todo un símbolo.

El ballet ruso de Sergei Diaghilev con una explosión de talento, sensualidad, música y colorido exótico, ya había dejado una huella en casi todas las expresiones del arte y la moda. El encuentro de la danza clásica con su poesía y su pasión influye en la gente común para redescubrirse en el baile, y en la vestimenta más suelta y sensual que permite mayor libertad de movimiento.

De EEUU también llegaban a París nuevas danzas con ritmos de jazz como el boston y el turkey-trot, de variados ritmos y movimientos del cuerpo libres.
El exotismo de "Las Mil y Una Noches" resultaba fascinante e influyó en el gusto de la mujer que cambió los perfumes florales por las esencias exóticas.
Los primeros tangueros que viajaron a París fueron Angel Villoldo y Alfredo Gobbi con su esposa, la cantante Flora Rodríguez de Gobbi con el fin de grabar discos, ya que allí se contaba con mejor tecnología. Grabaron El choclo, La morocha.


Acerca de cómo empezó la tangomanía en París puede destacarse a Ricardo Guiraldes (1887- ). El arquetipo del play boy de familia rica, cuyo padre era alcalde de Bs. As., criado en las afueras de París, mientras se construía la torre Eiffel y en la estancia “la porteña” de San Antonio de Areco. Vivía intensamente la vida nocturna de La Boca, y salía en grupos llamados patotas y se entremezclaban en riñas con los compadritos. De París viajó a la India, Japón y después fue a Rusia y a Alemania regresando a París en 1911 para divertirse junto a sus amigos sin desperdiciar oportunidad, desde la ópera hasta el burdel.
En 1912 en un salón de baile propiedad de la esposa de su amigo, el cantante Jean de Reske, fue invitado, como los demás concurrentes, a bailar la danza más representativa del país. Guiraldes toma una compañera que intuitivamente se deja llevar en un completo repertorio de pasos de baile – doble ocho, corrida, boleada, molinete, sentada- mientras los presentes quedan atónitos.


Un poema de Guiraldes de 1911 llamado “Tango”, lo describe como una condensación de la belleza y la tragedia de la vida misma, doloroso y sin embargo irresistible.
No se sabe cuánto tuvo que ver con la moda del tango en París, pero lo que es cierto es que fue quién más contribuyó a su encanto.

El Tango hizo furor y en 1913 proliferaban en París los tés-tangos como un modo de hacer que la danza fuera respetable y que las clases medias lo aceptaran. También había champagne-tango, tangos sorpresa, tangos de caridad, cenas-tango y por supuesto los tangos en las boites nocturnas que se multiplicaban para satisfacer el furor por la danza. Había funciones den tango sobre hielo en el Palais de Glace, donde también se organizaba el gran concurso de tango en el cual la pareja debía bailar 62 tangos ante un jurado, idea que también se puso en práctica en Bs. As., e incluso había un tren "Tango" entre París y Deauville, durante el verano.
El tango tuvo su perfume y hasta su color. Se dice que un fabricante de seda tenía un stock que nadie compraba cuando se le ocurrió llamarlo “satén tango” de un color entre anaranjado y amarillo, (o el rojo intenso ¿?) que se le agotó de inmediato, con tanta mala suerte que había perdido la fórmula, lo que dio tiempo a que sus competidores aprovecharan la oportunidad para vender diversos colores como el limón pálido y el azafrán como “la varietable coleur tango”.
La indumentaria cambia notablemente. El hombre se mandaba a hacer el smoquing de corte largo, estilo argentino, conocido como “fumadero tango”, que les permitía mayor movimiento en brazos y hombros, mientras que la indumentaria femenina cambia de la cabeza a los pies. La blouse-tango hace furor. Es una blusa ligera de seda o satén color tango, adornada con piel negra o plumas de cisne, confeccionada en una sola pieza con una sola costura desde el hombro hasta la muñeca de modo que las mangas abullonadas daban libertad de movimiento. Los sombreros que se usaban inclinados, con plumas horizontales y podían impedir la visión del hombre de modo que fue reemplazado por una especie de casquete con una sola pluma vertical.. También cayeron en desuso los largos pañuelos atados al cuello, y cadenas pesadas e incómodas así como las carteras con forma de pequeñas cajas de plata u oro porque podían golpear al bailarín. Se incorporaron los largos chalecos que daban libertad de acción a las faldas drapeadas y se puso de moda la sobrefalda que llegaba a las rodillas marcando las caderas y haciendo que los pasos del tango fueran más recatados. Los zapatos fueron más largos para exagerar los pasos largos y pausados. El corsé tango era mas corto y más elástico. La mujeres más osadas usaban faldas con tajos “jupes culotes”.
Con la tangomanía se impone la moda tango en todo y hasta había comidas llamadas tango. Se bailaba en todos lados y en las fiestas eran invitados los bailarines de tango en lugar de los políticos.

Los escrúpulos cambiaron y las mujeres eran abrazadas por sus compañeros de baile que, muchas veces, eran desconocidos para ellas; pagaban por lecciones de baile e incluso algunas más maduras pagaban por un poco de amor, después de la lección, en alguna discreta garçoniere y tal vez surge allí el mito del amante latino que, aunque irresistible para sus víctimas, era poco más que el gigoló.

COMIENZA A SER POPULAR

La nueva danza a veces fue considerada como protesta criolla contra el influjo migratorio, aunque también fue adoptada por los inmigrantes como los italianos, que suavizaron cortes y quebradas en el llamado tango liso, incorporando acordeones y mandolinas.


En esos salones de baile empiezan a trabajar bailarines profesionales lo cual indica que el tango se iba desconectando del ambiente que le dio orígen y de ésta división de estilos evolucionará el TANGO DE SALÓN del siglo XX, en tanto que comienza a desaparecer la agresividad lasciva de los arrabales, que volverá a estar presente en espectáculos como Tango Argentino en la década de 1980.

Sobre el fin del siglo XIX comienza la verdadera historia del tango y la existencia del tango queda documentada y sus autores comienzan a tener biografía. Los organilleros habían agregado éstas melodías a su selección de habaneras, mazurcas y representaciones operísticas, y el tango ya se había bailado en unas cuantas obras de teatro, comedias musicales; se habían realizado exhibiciones de tango en los bailes que los teatros organizaban para carnaval y las varietés habían incorporado el tango picaresco.

En la década de 1980 autores talentosos escriben piezas que eran algo más que milongas o tangos andaluces, y estaban estructuradas en formas que evolucionarán directamente hacia el tango maduro.

“El talar”1894 de Prudencio “el johnny” Aragón 1886-1963, consta de 2 secciones de 12, 16 y 16 compases; “El entrerriano” 1897 de Rosendo Mendizábal 1868-1913 también tiene 3 secciones de 16, 32 y 16.
Al principio se lo llamaba “tango criollo para piano” para diferenciarlo de la milonga transformada y del popular tango andaluz, pero en poco tiempo desaparecieron las otras danzas y quedó solo el tango que enseguida llega a Montevideo, se extiende a las provincias y en menos de 20 años conquista gran parte del mundo.
La mayoría de los tangos escritos entre 1890 y 1910 tenían música ligera y contenido mediocre siendo algunos realmente obscenos como p. Ej. Bartolo.

Después de 1900, si bien la alta sociedad lo seguía desaprobando, ya se bailaba en una gran cantidad de lugares, más o menos respetables, por toda la ciudad. Así se comenzó a bailar en salones de baile populares como el San Martín, en la calle Rodríguez Peña de ahí el nombre del tango clásico de Vicente Greco “Rodríguez Peña”, en los patios de los conventillos y fue avanzando inexorablemente hacia el centro de la ciudad, donde se lo bailaba en cafés y también aparecieron academias verdaderas, que ya no eran prostíbulos disfrazados.

El silbido y el tarareo llevaban las melodías más pegadizas hacia los lugares más decentes. El organito llevaba las nuevas melodías a los barrios y los hombres bailaban en la calle en tanto que las mujeres debían abstenerse.

Avanzaba hacia el centro mientras iba perdiendo gran parte de su fiereza, agresividad y erotismo originales en tanto que la música se hacía más sofisticada hasta alcanzar su mayor esplendor en 1920 cuando comienza la época de oro del tango, de la que los músicos de la llamada Guardia Vieja fueron verdaderos pioneros.

A principios de siglo, la innovación más importante fue la incorporación del bandoneón, de procedencia alemana, que aportó una sonoridad distintiva que de alguna forma se volvió indispensable para el tango.

Antes de 1910, en varios cafés de La boca se escuchaba tango pero no se lo bailaba. Francisco Canaro, joven violinista uruguayo, los hermanos Vicente y Domingo Greco, Genaro Espósito (el tano Genaro) y Roberto Firpo entre otros, actuaban en pequeños palcos ante un público variado y sus nombres marcaron un hito en la historia del tango ya que también se conservan grabaciones de todos ellos.

Por el lado de la danza, el más famoso bailarín de la época fue el gran Ovidio Blianquet (1885-1924) conocido como El Cachafaz o simplemente Cacha.
Se dice que era un impecable bailarín de salón; que podía bailar el tango más feroz y espectacular sin olvidar el ambiente sórdido en el que había surgido esta danza. Siempre fue considerado un modelo y maestro de todos los tiempos.

EL LADO OSCURO DE BUENOS AIRES

Con el crecimiento económico que se estaba produciendo y la consecuente explosión demográfica, el negocio de la prostitución no tardó en ponerse a la altura de la circunstancia y enseguida se convirtió en una empresa de corte internacional .

Buenos Aires se constituyó en uno de los importantes puertos para le trata de blancas.
La mayoría de las prostitutas y las madamas eran inmigrantes u desde 1972, llegaban francesas, inglesas, belgas, suecas, francesas, turcas, egipcias, persas, tudescas, belgas, rusas, circasianas, etc.
La prostitución, tanto legal como ilegal, era corriente en toda la ciudad y en especial en los barrios de las orillas, atestados de burdeles ilegales llamados clandestinos.



En 1900 había de 20 a 30.000 prostitutas de las cuales solo 947 estaban inscriptas.
Los prostíbulos ilegales estaban protegidos por los políticos que recibían coima por parte de prostitutas y madamas.
Las calles, Pueyrredón-Jujuy, Corrientes, Libertad, Paraguay y Junín estaban atestadas de prostíbulos. Viamonte era la de los sórdidos burdeles. Frente al teatro Colón se exhibía de día la retreta y por las noches pululaban las prostitutas callejeras. Leandro N. Alem era la zona de ........... y Plaza Roma reunía a los homosexuales.


Las pupilas tenían un unifome de trabajo que consistía en botines abrochados, facón en la liga, (o pantalones de montar) y camisa abierta.
Podíans pelear a cuchillo o a mano limpia por la exclusividad del rufián y se protegían del manoseo no convenido con blasfemias o con un cachetazo. Decidían por si mismas el precio y la forma de su trabajo.


Las madamas: tenían la rudeza masculina, tenían labia, habilidad para el negocio y mucha gracia. Vigilaban el local y echaban a los que “pasaban franela y no pasaban visita”.
Las prostitutas tenían los lunes libres, y la conducta pública debía ser discreta. Todas las semanas eran revisadas por equipos médicos para proteger la salud de los hombres del lugar. La prostitución legal fue abolida en 1936.


En cuanto a los lugares, existían los burdeles y los cuartos de las chinas. Las academias, que eran cafés atendidos por mujeres que no tenían trastienda donde concretar la relación. Había casas de baile, regenteadas por madamas, que eran alquiladas con todo lo que los hombres de la oligarquía deseaban para esas fiestas privadas, mujeres, bebidas y hasta orquesta. También había cafés para hombres solos adonde iban solo a escuchar música y si un tango le gustaba lo hacían repetir hasta que se les diera la gana.

Un evento importante eran los bailes de carnaval. Eran la fiesta de la plebe. Las comparsas de marginados producían situaciones de violencia en las calles. Se habilitaban los teatros para los festejos y solo en esos días las prostitutas podían mostrarse en la calle y también estaban permitidos los pasos de TANGO.

LAS DANZAS DE LA ÉPOCA

En 1816, año de la independencia, se bailaba el vals.

A mediados de siglo XIX la polca, la mazurca, el chotis y también llega la popular habanera (ritmo hispano-cubano).

En la década de 1870, La habanera y la polca y nace la MILONGA ARGENTINA. Comienza como canción y fue una variante de las largas improvisaciones que, con acompañamiento de guitarra, hacían los payadores. Luego va evolucionando con pasos propios recibiendo influencias de las danzas que llegaban de Europa.

A mediados del siglo XIX, los negros constituían la cuarta parte de la población y se aglutinaban alrededor de las parroquias lo cual ayudaba a preservar su propia cultura. Allí realizaban sus festivales de danza, y el candombe era la mas destacable.

Buenos Aires era un importante puerto, y desde mucho antes del boom económico mantenía fluidas relaciones comerciales con Europa de donde, además de importar textiles, maquinarias y bienes suntuarios, ingresaban nuevas tendencias culturales como la música y los bailes de moda.

LA SOCIEDAD DE LA ÉPOCA

En 1869, según el 1er. censo en Buenos Aires había 180.000 habitantes.

En 1870 la pampa estaba poblada de indios araucanos y era también el hábitat natural de los gauchos, jinetes independientes y nómadas que, inmortalizados entonces en el Martín Fierro (1872-1879) que a fines del siglo XIX ya habían desaparecido.

Entre 1871 a 1880 vinieron 292.000 inmigrantes, que casi seguro quedarían abandonados a su propia suerte ya que no estaba organizada la forma de insertarlos en la sociedad. Si bien unos 200.000 fueron repatriados, más del 50 % de la sociedad era inmigrante.

A mediados del siglo XIX, los negros constituían la cuarta parte de la población y se aglutinaban alrededor de las parroquias, lo cual ayudaba a preservar su propia cultura. En 1880 Buenos Aires se convierte en Capital de la confederación, gran urbe portuaria, comercial, capitalista, sede política y administrativa, separada de su rica y poderosa provincia. Julio A. Roca había eliminado a los indios en la campaña al desierto, consiguiendo de ese modo una enorme extensión de tierra agrícola-ganadera, cuya producción fortalecería un mercado exportador en continua expansión. Se establece así la necesidad de incorporar inmigrantes, había que explotar esas tierras recientemente arrebatadas a los indios.

En esos momentos se define el destino de país agropecuario. Estas tierras podían producir toda la carne, el cuero, la lana y los cereales que Europa necesitaba.

Mientras tanto se produce el advenimiento del buque a vapor, los ferrocarriles y el telégrafo, todo lo cual favorece un crecimiento económico superlativo. Llegan inversores, se construye el ferrocarril que en 1914 y, por su extención, es el 9ª en importancia en todo el mundo.


Llegan también millones de inmigrantes, la mitad eran italianos, un tercio españoles y también llegaron los africanos como esclavos. Esta era la tierra prometida. En 1914 la población argentina era de 8.000.000 de los que Buenos Aires tenía 1.500.00 y había dejado de ser una gran aldea, para convertirse en la metrópolis más importante al sur del ecuador.

Hacia 1920, la Argentina se convertirá en uno de los países más ricos del mundo. La clase gobernante tenía como modelo a París, recién remodelada por Napoleón y el Barón Haussmann.

La ola de inmigrantes produce una profunda transformación cultural, por ej. en el idioma, la mezcla de los italianos produce el cocoliche.

El ambiente orillero genera su propio vocabulario cerrado, en principio para designar objetos y situaciones relacionadas con la delincuencia. Ese lenguaje, el lunfardo, era su pertenencia, y precisamente fue el elegido por los letristas de tango y poetas. También en la indumentaria el orillero tenía su estilo, copiado del rufián y su ámbito era el quilombo, donde además de encontrar placer sexual, era su centro de reunión civil, su lugar para las apuestas y también una pista de baile. Todo ésto era parte del costado tenebroso de Buenos Aires.

Los barrios bajos eran la contrapartida de su centro elegante y monumental. En el centro mismo había conventillos. Allí vivían hacinados, una familia entera en una pequeñaa habitacion que daba al patio central. En las afueras, donde la ciudad se encontraba con el campo, estaban los arrabales. Las calles pantanosa, sus casas modestas, chozas, talleres y los antros de prostitución. Allí vivían los pintorescos personajes que aparecen en la historia del tango.

El compadre o malevo: era el guardaespaldas del caudillo local. Con + padre significaba que estaba junto con el padre, como se decía del señor del lugar. Malevo, como sinónimo de malvado, agresor. “Taíta”, dim. de “Tata”,que era como decir padre. Era un personaje típico del arrabal que estaba a sueldo del comité, bajo la protección de la policía y de los políticos. Muchos terminaban como rufianes, inspectores de policía o acuchillados a manos de algún matón del caudillo rival. Algunos investigadores dicen del compadre que era un personaje semiurbano que solía ganarse la vida como conductor de carretas o arreando ganado desde el campo al frigorífico. Generalmente muy respetado y conservaba algunas características del gaucho como independencia, orgullo masculino y marcada inclinación por defender el honor con el cuchillo. Seguramente las dos opiniones son bastante coincidentes si pensamos en en que el compadre era respetable en su sórdido ambiente donde tenía poder e impunidad.

Canfinflero o cafisho: Era el que, en la organización social, se dedicada al negocio de la prostitución. El que tenía una relación más próxima con la pupila, como se llamaba a la prostituta. Para el orillero era todo un modelo puesto que se mostraba como lo contrapuesto a la vida miserable y oscura del trabajador. Este no trabajaba, estaba siempre arreglado y perfumado, mantenido por las mujeres y podía tener tantas como quisiera. Era brillante tanto en el vestir como en el baile. La vestimenta del rufián era colorida y rebuscada como la de la mujer y solía usar la cara blanca maquillada con albayalde y los párpados oscuros por el kohol.

Gil o compadrito: personaje caricaturesco, disminuido del compadre. Habitante común de la orilla, era proletario. El personaje orillero por excelencia. Le decían gil y era porque en los burdeles pagaba por sus consumiciones. No era mantenido ni delincuente y ni siquiera llevaba cuchillo. Era solo vecino de los personajes marginales a quienes copiaba los rasgos externos, apropiándose de la indumentaria, del tango y del lunfardo de los rufianes y compadres y los conservó hasta que comenzó a ascender socialmente.


El término no era precisamente elogioso aunque no hacían más daño que exagerar el modo de vestir. Se los podía identificar por su uniforme que consistía en chambergo, que era un sombrero gacho, corbata de colores llamativos o lengue, que era un pañuelo atado flojamente al cuello y botas de tacón alto y fino. El compadrito había aprendido del rufián los pasos de tango y los practicaba con sus compañeros en la antesala del burdel.

ORÍGEN DE LA PALABRA TANGO

Existen varios posibles orígenes de la palabra TANGO:

De lenguas africanas “lugar cerrado” o “lugar reservado"

Del portugués por la palabra latina tangere “tocar” o...

Puede que sea el sonido onomatopéyico del tambor “tan-go”.

Cualquiera haya sido su orígen, en muchos lugares hispanohablantes se llamó así a los lugares donde los negros se reunían a bailar y cuando ésta palabra llegó a España, se refería a las danzas afroamericanas.

La habanera misma ha sido a veces llamada tango americano, y también hubo una variación española, llamada tango andaluz, como forma de canción popular más que de danza, que fue traído a Buenos Aires por grupos teatrales españoles. La habanera y el tango andaluz se convirtieron en grandes éxitos que todos canturreaban y silvaban.

ORÍGEN DEL TANGO



El Tango nace como baile con cortes y quebradas.



Se revela, se adapta, se oculta, se muestra, atrae, incomoda, perturba, apasiona....
Su vulgaridad no fue su vergüenza sino su fuerza.




Puro instinto salvaje entre gente marginal
en lo más sórdido de Buenos Aires.




Encontró en el lunfardo su lenguaje
y le fue agregando letra a las primeras melodías.




Entre el escándalo y el éxito ...una historia apasionante.....