COMIENZA A SER POPULAR

La nueva danza a veces fue considerada como protesta criolla contra el influjo migratorio, aunque también fue adoptada por los inmigrantes como los italianos, que suavizaron cortes y quebradas en el llamado tango liso, incorporando acordeones y mandolinas.


En esos salones de baile empiezan a trabajar bailarines profesionales lo cual indica que el tango se iba desconectando del ambiente que le dio orígen y de ésta división de estilos evolucionará el TANGO DE SALÓN del siglo XX, en tanto que comienza a desaparecer la agresividad lasciva de los arrabales, que volverá a estar presente en espectáculos como Tango Argentino en la década de 1980.

Sobre el fin del siglo XIX comienza la verdadera historia del tango y la existencia del tango queda documentada y sus autores comienzan a tener biografía. Los organilleros habían agregado éstas melodías a su selección de habaneras, mazurcas y representaciones operísticas, y el tango ya se había bailado en unas cuantas obras de teatro, comedias musicales; se habían realizado exhibiciones de tango en los bailes que los teatros organizaban para carnaval y las varietés habían incorporado el tango picaresco.

En la década de 1980 autores talentosos escriben piezas que eran algo más que milongas o tangos andaluces, y estaban estructuradas en formas que evolucionarán directamente hacia el tango maduro.

“El talar”1894 de Prudencio “el johnny” Aragón 1886-1963, consta de 2 secciones de 12, 16 y 16 compases; “El entrerriano” 1897 de Rosendo Mendizábal 1868-1913 también tiene 3 secciones de 16, 32 y 16.
Al principio se lo llamaba “tango criollo para piano” para diferenciarlo de la milonga transformada y del popular tango andaluz, pero en poco tiempo desaparecieron las otras danzas y quedó solo el tango que enseguida llega a Montevideo, se extiende a las provincias y en menos de 20 años conquista gran parte del mundo.
La mayoría de los tangos escritos entre 1890 y 1910 tenían música ligera y contenido mediocre siendo algunos realmente obscenos como p. Ej. Bartolo.

Después de 1900, si bien la alta sociedad lo seguía desaprobando, ya se bailaba en una gran cantidad de lugares, más o menos respetables, por toda la ciudad. Así se comenzó a bailar en salones de baile populares como el San Martín, en la calle Rodríguez Peña de ahí el nombre del tango clásico de Vicente Greco “Rodríguez Peña”, en los patios de los conventillos y fue avanzando inexorablemente hacia el centro de la ciudad, donde se lo bailaba en cafés y también aparecieron academias verdaderas, que ya no eran prostíbulos disfrazados.

El silbido y el tarareo llevaban las melodías más pegadizas hacia los lugares más decentes. El organito llevaba las nuevas melodías a los barrios y los hombres bailaban en la calle en tanto que las mujeres debían abstenerse.

Avanzaba hacia el centro mientras iba perdiendo gran parte de su fiereza, agresividad y erotismo originales en tanto que la música se hacía más sofisticada hasta alcanzar su mayor esplendor en 1920 cuando comienza la época de oro del tango, de la que los músicos de la llamada Guardia Vieja fueron verdaderos pioneros.

A principios de siglo, la innovación más importante fue la incorporación del bandoneón, de procedencia alemana, que aportó una sonoridad distintiva que de alguna forma se volvió indispensable para el tango.

Antes de 1910, en varios cafés de La boca se escuchaba tango pero no se lo bailaba. Francisco Canaro, joven violinista uruguayo, los hermanos Vicente y Domingo Greco, Genaro Espósito (el tano Genaro) y Roberto Firpo entre otros, actuaban en pequeños palcos ante un público variado y sus nombres marcaron un hito en la historia del tango ya que también se conservan grabaciones de todos ellos.

Por el lado de la danza, el más famoso bailarín de la época fue el gran Ovidio Blianquet (1885-1924) conocido como El Cachafaz o simplemente Cacha.
Se dice que era un impecable bailarín de salón; que podía bailar el tango más feroz y espectacular sin olvidar el ambiente sórdido en el que había surgido esta danza. Siempre fue considerado un modelo y maestro de todos los tiempos.